¿Cómo afecta la contaminación a la economía?
Sin embargo, la continua búsqueda del crecimiento económico no siempre genera efectos positivos. La contaminación y la sobreexplotación, incluso el agotamiento de los recursos naturales, son algunos de los problemas que puede causar el crecimiento económico, generando un impacto negativo en la calidad de vida de los ciudadanos.
El control del impacto ambiental juega un papel de suma importancia en la economía, ya que se vuelve imprescindible que exista una armonía entre el medio ambiente y el desarrollo de la actividad económica. De no ser así, tarde o temprano los recursos naturales del medio se agotarán, ya sea por consumo de la industria, la contaminación o la desaparición de algunas especies.
Los problemas de contaminación surgieron con la
revolución industrial, a mediados del siglo XVIII, tras el invento de la
máquina de vapor. Es imposible asegurar que en siglos anteriores no existiera
contaminación, sin embargo, la explosión urbana e industrial generó el mayor aumento
de daños sobre el ambiente hasta la fecha, sobre todo cuando las emisiones de
los procesos industriales sobrepasaron la capacidad de autopurificación de
cuerpos receptores (agua, aire y suelo).
Para finales del siglo XIX, en otros países industrializados como Alemania, Canadá, Francia, Holanda y EEUU, los seres humanos, la flora y la fauna comenzaron a sufrir los efectos del deterioro ambiental. Es entonces cuando surgieron las primeras agencias de protección ambiental, cuya función principal fue emitir leyes, reglamentos y normas para controlar o mitigar el impacto ambiental.
Además de los inmensos costes que han generado desde
entonces la contaminación en la salud, actualmente supone un enorme gasto para
la sociedad.
Según el Banco Mundial, en el estudio The Cost of Air Pollution : Strengthening the EconomicCase for Action, el coste sanitario de paliar los efectos de la contaminación supone el 3,5% del PIB, alrededor de 35.000 millones de euros al año. Aunque en el mundo las cifras son aún mayores, según el estudio de The Lancet, la contaminación supone un coste del 6,2% del PIB mundial, más de 4,5 billones de dólares. Pero lo que supone un coste elevadísimo para la economía, también supone una oportunidad magnífica de inversión. El estudio concluye que cada dólar que se invierte en evitar la contaminación supone un retorno de 30. El problema destapa algunas ventajas económicas, muy difíciles de hacer visibles, ya que en ocasiones la desinversión en determinadas industrias tiene beneficios en otros sectores.
La solución pasa por el desarrollo sostenible
Para conseguirlo, a nivel internacional han sido
varios los movimientos políticos. Por ejemplo, en 1997 se suscribió el famoso
Protocolo de Kioto, según el cual un importante número de países
industrializados se comprometían a reducir sus emisiones contaminantes a partir
de 2005. Sin embargo, la aplicación de este protocolo ha sido muy problemática
debido a que las dos grandes potencias mundiales, Estados Unidos y China, no lo
suscribieron, pues temían que pudiese repercutir negativamente sobre sus
economías. No obstante, en 2014 estos países llegaron a un acuerdo para reducir
también sus emisiones de gases contaminantes a partir de 2030.
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